13 de noviembre de 2011

MICRORRELATOS

Aquellos tres,...

     La verdad, es que al principio me daba miedo. Pensaba que sería algo terrible, pero cuando ocurrió, sencillamente, ni me di cuenta. Al llegar me pareció, un lugar agradable, tranquilo, casi podía respirarse el más puro sosiego. Y entonces, allí estaban aquellos tres. Sentados en un banco, charlando y riendo. Por lo que pudo escuchar, recordaban momentos de su infancia, y de su vida de estudiantes. Uno de ellos, no hacía más que meterse con el que tenía a su derecha; le decía que dejase de meterse con él, que dijera lo que dijera, no lo iba a convencer. El de la izquierda, se reía y miraba al horizonte, con una mirada medio perdida, y hacía dibujos en medias cuartillas. Dibujos muy raros de seres imposibles en posiciones aún más imposibles, a los que adornaba con frases extrañas. El del centro, de vez en cuando miraba los dibujos y le hacia comentarios; este me gusta, este no, esto qué es, no lo entiendo,  parace tal cosa o tal otra,... El de la derecha hablaba de imágenes, de visiones raras, y de París. El del centro sin embargo, no hacía más que decirles, que eran un par de reritos, que si no fuera porque los conocía, pensaría que habían perdido el norte.
     Al cabo del rato, el del centro dijo que había llegado la hora, que fueran recogiendo. El de la izquierda guardó los dibujos en una carpeta y el de la derecha se atí los cordones de sus zapatos. El de la izquierda con la mirada tristona, le preguntó al del centro, si no iba con ellos, y este le respondió; 'sabes que no puedo',... Se pusieron de pie y se despidieron. Los dos hombres de la derecha y de la izquierda, comenzaron a caminar, y el del centro, se los quédó mirando, y entonces, reclamó su atención con un grito; ¡Eh!, y se giraron. 'Tranquilos, soñar será vuestro trabajo,... Salva,.... te estaré esperando, y tú Luis,..... sigo pensando que yo soy ese perro, digas lo que digas,...'
Y ambos, contestaron con un 'adios Fede, cuídate'.
     Me acerqué al tal Fede, y me dijo; ´sí, esto es el cielo, y sí, soy Lorca,...  y antes de que preguntes nada, sí,.... Eran Dalí y Buñuel...'
Pero ¿cómo es posible que hayan estado aquí?, ellos aún viven,... pregunté.
Entonces, Fede me miró y sonrió, y me dijo; 'anda ven conmigo, quiero presentarte a mi amigo Ignacio, es torero, sabes,...'