3 de diciembre de 2017

AJENOS

     No he podido darte un triste beso y ya estoy atada a labios ajenos. Y me hago la fuerte y la dura. Pero duele. Mucho. Me arden las lágrimas, me queman el rostro que sonríe por ti. Pinchada en el rosal, atrapada en las vides, los pies en el barro y las manos agrietadas. Ahora ya no hace falta esconder ningún sentimiento o quizá no me quede otra que esconderlos todos. No lo imaginé. No lo pensé. No lo busqué. Sucedió. Me abrasa. Camino por el barro. Estoy bien......... Sonrío.