4 de junio de 2011

Para ti, León de cabellos dorados,...

     Hace muchos días que no escribo nada en el blog. Hace tiempo me paré a pensar por qué lo cree, qué fue lo que hizo que me lanzara a colgar escritos amarillentos de mi adolescencia, y de una pubertad más amarillenta aún. Cada vez que escribía algo lo guardaba como oro en paño, no lo ensañaba porque me daba vergüenza, y dejaba en carpetas que un día me dio por ordenar. Y hoy lo tengo todo en un archivador de oficina, catalogado por 'prosa y verso',.... Mi habitación es una leonera pero mis papeles no. Alguna vez he sacado algo y lo he enseñado a algunas personas, pero lo que no me podía imaginar es que hoy lo tuviera en un blog, a la vista de todo el planeta, y hasta con un espacio para que la gente que así lo quiera, pueda incluso opinar y dejar un comentario. Vamos, impensable.
Y echo la vista atrás y pienso. Sí. Fuiste tú. Tú fuiste el único que hizo que la idea fructificara y que el poco aire creativo que pudiera tener, lo puedan ver los demás. Así que, creo que es justo dedicarte este pequeño homenaje.
     Todo viene porque tú también tienes una página en la que están tus fotos y tus anécdotas. Cuando me decidí a crear el blog, pensé que me resultaría más difícil pero fue más fácil de crear que escribir en él. Tú, Markitos (león de cabellos dorados, como dice tu madre), fuiste la idea, otros la ejecutaron y yo la copié. Sin más. Y qué gran idea....
     Te dedico todos los poemas, todos los relatos, cada gota de tinta vertida. Te dedico mis oraciones y mis esperanzas, aunque estas andan un poco caídas últimamente. Te dedico las más de seis mil visitas que ha recibido mi blog desde que lo inauguré en noviembre de 2010. Te dedico cada sección y cada comentario. Te lo dedico todo, porque al final tú fuiste la causa. Ya ves, sin apenas conocerte, la que has liado...
Ofelia te dedica su locura, que no es poca. Ofelia te dedica toda su inspiración.
Cuida de todos desde tu cielo.
Un abrazo, Julia

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