7 de agosto de 2011

MICRORRELATOS

Mentiras nacionales
     Quiso disfrutar de un permiso tranquilo; las maniobras en aquel terreno fangoso le habían cansado, y tras una ducha fría, solo quería dar una vuelta y marcharse pronto a dormir.
El luminoso de la entrada le hizo caer en la tentación de entrar. Solo tomaría una bebida fuerte, se relajaría y a la piltra. Entonces, bajó la iluminación de las luces del escenario y apareció una de las criaturas más hermosas que sus ojos habían visto. Una mujer con demasiada poca ropa comenzó a bailar de forma descarada. Ella le incitaba, lo provocaba, ledespertaba sus deseos más profundos. Salían a flote aquellos pensamientos que una vez quedaron en el olvido. Movía su cuerpo, gestivulaba conb sus manos, y su espalda sudaba. Levantaba con movimientos desiguales, el satén de su vestido. Nuestro soldado se despojó de su chaqueta, cargada de medallas, y de la corbata. Ella continuaba contoneándose; lo cogió de las manos y se las puso sobre sus caderas. En ese momento, entraron en el burdel otros dos uniformados y se sentaron cerca de donde él estaba. El vestido de la muchacha se encontraba, para entonces en el suelo, y ella sobre las rodillas de nuestro soldado. En uno de esos movimientos, la bailarina sacó de su liga una pequeña pistola y le disparó a quemarropa entre ceja y ceja. Todo quedó impregando de sangre y de trocitos de algo; los otros dos uniformados que acababan de entrar, pagaron a la muchacha con un fajo de billetes y se marcharon. Ella salió por la puerta de atrás, y nadie vio nada.
   "Estimados Señores Jefferson: Sentimos comunicarles que su hijo, Thomas, ha fallecido en acto de servicio, defendiendo a su país..."
Doce salvas, el himno nacional, entrega de bandera a los familiares, carpetazo y archivado en el olvido.
                                2 de septiembre de 1999

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