15 de agosto de 2011

EL RINCÓN DE LOS AEDOS

SILENCIO

Silencio,
que la noche viene
y mi alma llora.
Silencio,
que el día duerme
y tú te pierdes.
No habrá mañana
sin rocío,
ni lágrimas sin ti.
Ya no habrá
estrellas en mi cielo,
ni luz en mis ojos.
Espinas en mis manos
y dolor en mi pecho,...
Eso es lo que ha dejado
el silencio de tu noche
y el sueño de tu día.
Mi alma llora
y tú te pierdes.
          15 de enero de 2001

12 de agosto de 2011

EL RINCÓN DE LOS AEDOS

SI LA NOCHE NO VIENE,...

Si la noche no viene,
yo traeré a la noche.
Si la luna no llega,
yo haré que llegue la luna.

Si la noche y la luna
no te quieren,
yo haré que te quieran,
que te amen.

Si las estrellas no quieren verte,
yo haré que te vean.
Y si el rocío no quiere tocarte,
yo haré que lo haga .

Pero si Dios no consigue
que me ames,...
Entonces,...
¿Para qué hacer
que la noche y la luna te quieran,
que las estrellas te iluminen
y que le rocío te empape?
Si Dios, que lo puede todo,
no puede contigo,
entonces,
se acabó.
Me rindo a tu olvido.
           22 de noviembre de 2000

7 de agosto de 2011

MICRORRELATOS

Mentiras nacionales
     Quiso disfrutar de un permiso tranquilo; las maniobras en aquel terreno fangoso le habían cansado, y tras una ducha fría, solo quería dar una vuelta y marcharse pronto a dormir.
El luminoso de la entrada le hizo caer en la tentación de entrar. Solo tomaría una bebida fuerte, se relajaría y a la piltra. Entonces, bajó la iluminación de las luces del escenario y apareció una de las criaturas más hermosas que sus ojos habían visto. Una mujer con demasiada poca ropa comenzó a bailar de forma descarada. Ella le incitaba, lo provocaba, ledespertaba sus deseos más profundos. Salían a flote aquellos pensamientos que una vez quedaron en el olvido. Movía su cuerpo, gestivulaba conb sus manos, y su espalda sudaba. Levantaba con movimientos desiguales, el satén de su vestido. Nuestro soldado se despojó de su chaqueta, cargada de medallas, y de la corbata. Ella continuaba contoneándose; lo cogió de las manos y se las puso sobre sus caderas. En ese momento, entraron en el burdel otros dos uniformados y se sentaron cerca de donde él estaba. El vestido de la muchacha se encontraba, para entonces en el suelo, y ella sobre las rodillas de nuestro soldado. En uno de esos movimientos, la bailarina sacó de su liga una pequeña pistola y le disparó a quemarropa entre ceja y ceja. Todo quedó impregando de sangre y de trocitos de algo; los otros dos uniformados que acababan de entrar, pagaron a la muchacha con un fajo de billetes y se marcharon. Ella salió por la puerta de atrás, y nadie vio nada.
   "Estimados Señores Jefferson: Sentimos comunicarles que su hijo, Thomas, ha fallecido en acto de servicio, defendiendo a su país..."
Doce salvas, el himno nacional, entrega de bandera a los familiares, carpetazo y archivado en el olvido.
                                2 de septiembre de 1999

EL RINCÓN DE LOS AEDOS

REGÁLAME

Regálame los claros de luna
que habitan en tu pecho;
se refugian en tu alma
y no quieren salir.
Regálame esos besos olvidados
por los rincones de tu silencio,
ese silencio que me desgarra.
Regálame una de tus palabras
que mis ojos quieren escucharte,
mis manos verte
y mis oídos sentirte.
Quiero tenerte cerca,...
pero sólo un poquito.
Regálame el brillo de tu pelo,
que mi habitación
y mis sueños no tienen luz.
Regálame tu voz
que quiero escucharte decir
lo que nunca dirás.
Regálame esos claros de luna
que habitan en tu pecho,
porque quiero que se marche
esta molesta oscuridad.
                                         28 de noviembre de 2000