16 de mayo de 2017

ELEMENTOS DE SUSTENTACIÓN


      Llevaba una libreta de esas de tapa dura y un bolígrafo. Caminaba por el pasillo entre los bancos, mirando hacia arriba, observando la bóveda de la nave central minuciosamente. Cada arco, cada dovela, cada ménsula, cada pilar,…Recordó de pronto aquellos besos robados junto a las escaleras de una de las capillas, lo que le provocó una ligera sonrisa con tinte amargo. Bajó la vista para anotar algo pero dudó y no lo hizo. Siguió caminando por las naves laterales realizando la misma operación. Alzó de nuevo la mirada hacia arriba y estudió con detenimiento los mismos elementos de sustentación. Continuó caminando hacia el lado occidental, hacia los pies del edificio, y se paró junto al parteluz. Durante todo el proceso estuvo acompañada por sus alumnos del curso breve de Historia del Arte que ella misma impartía en el centro cultural de la localidad. Habría jurado ver su pelo rubio entre las cabezas del grupo; su subconsciente y su corazón le jugaban malas pasadas.
     -Esta iglesia tiene, aproximadamente, unos mil años y, si no me equivoco, está condenada a venirse abajo -soltó aquellas palabras con una seguridad pasmosa, de manera taxativa-. Las cargas de las cubiertas están tan mal distribuidas y los arcos están tan mal hechos, que éstos acabarán cediendo hasta que la gravedad termine de hacer el resto. Pero este edificio se pensó para que perdurase a lo largo de los siglos, se planteó con un principio, un objetivo y ningún final.
      Cuando terminó la clase práctica de aquella tarde y todos se hubieron marchado, se quedó sentada en el suelo bajo el parteluz, viendo como los vitrales de colores apuraban a colorear los últimos rayos de sol. Y pensó en lo difícil que era destruir un edificio medieval de mil años... Mil años. Se dice pronto. Y sin embargo, qué fácil era destruir el amor que sentía, qué fácil era derribar bóvedas de pasión, arcos de caricias y pilares de besos eternos... Lloró mientras se reconocía a sí misma que su amor siempre tuvo un principio, un objetivo y por supuesto, un final.

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