10 de mayo de 2011

Jornada de reflexión

     Resulta que hay elecciones el día 22 de mayo de este estraño 2011. La verdad es que ganas de votar, cero. Ganas de ponerme al día de los chismorreos de estos politólogos absurdos y ridículos en sí mismos, cero. Ganas de ver cómo las cadenas colapsan su programación con un único programa 'especial informativo', cortando películas, telenovelas, colocándonos a cambio, espacios de opinión con reputados y 'refutados' periodistas, cero. Prefiero la pasíón de los gavilanes, a los buitres políticos. Lo cierto, es que todo se reduce a 'qué pereza me da ir a votar, a quíén voto, qué me ofrecen, quién roba con menos desparpajo en mi cara y con más elegancia..' Sinceramente, viviendo en un pueblo de la Comunidad de Madrid, donde algunos ganan en neto más que el propio presidente del gobierno, viviendo en un pueblo donde hay una media de 36 bancos en la calle principal del casco viejo, y dos bares, un pueblo que para algunos el mero hecho de nombrarlo, es como pensar en un lugar donde todos son ricos (claro, los que viven más allá del polígono industrial, que de industrial no tiene nada), porque el resto, de ricos nada: sólo dos clases sociales, los que levantamos el país para bien y para mal, y luego, todos aquellos chupatintas, sanguinarios, lameculos, que encima tuvieron la suerte de conocer a, de ser vecino de, o de ser de esos tontos a los que se les aparece la Virgen. Yo vivo en un pueblo de la Comunidad de Madrid, que me denegó el poder solicitar una vivienda de protección oficial, por una errata en el DNI. Vivo en un pueblo, en el cada vez más, empieza a primar lo privado sobre lo público, y me da igual que partido esté, porque todos avalan la iniciativa.
     Y qué decir de la Comunidad de Madrid. Ese pequeño territorio en el que se rigen las vidas del resto de la península. Esta maravillosa comunidad en la que los exámenes de selectividad, son más difíciles que en el resto de España, esa comunidad, en la que todo es una 80 por ciento más caro que en el resto del país. La Comunidad de Madrid, ese pequeño 'reino', rodeado de otro montón de 'reinos de taifas', que cuando ven que se cierra el grifo de los maravedíes, empiezan a sufrir conflictos internos; malversación, corrupción, cohecho, tráfico de influencias, enchufismo, caciquismo y pucherazo. Reinos de taifas, conocidos como comunidades autónomas, que por llevar la palabra autónoma, se ponen por galones poderes y privilegios, pasando a veces por encima del propio gobierno, vamos algo parecido a la Orden de Cluny, que obedecía y rendía pleitesía al Papa de Roma, sin pasar por diócesis ni archidiócesis, y luego pasaba lo que pasaba. Porque entre tanto reino de taifa, salen muchos reyes, y por si fuera poco, con complejo de rey, y en algunos 'condados' hasta tres (mucho complejo para tan poco prozac), y claro, con tanta cabeza reinante, se pierde las cabezas pensantes. Esas mismas cabezas que salen una vez cada mucho tiempo, pero que muy pocos ven.
     Elecciones municipales y a las comunidades autónomas; elecciones a ver quién la tiene más larga; si tu cola del paro o la mía. A ver quién los tiene más cuadrados; el de las escuchas, el de los trajes, el de los 'eres' o los del Constitucional (las últimas encuestas dan por ganadores a estos últimos). Y después, de esta breve reflexión, ganas de ir a votar, cero, y ganas de preguntarme a quién, cero, patatero. Pero iré, aunque sólo sea por ejercer ese derecho y esa obligación por la que lucharon tanto nuestros padres y abuelos, y que nos dejaron en herencia, quizá el mejor patrimonio que pudieron dejarnos. Y porque ya sabemos, qué pasó con las taifas y los cluniacenses,..................

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