Ya sé que llevo más de un mes sin actualizar este sitio, pero lo cierto es que no tenía ni ganas ni nada que publicar. Bueno, eso no es cierto, yo siempre tengo algo que contar, bueno, malo, interesante o mediocre. Por ejemplo, unas conferencias a las que asistí a mediados de noviembre sobre arte hispanomusulmán, 711; el arte entre la hégira y el califato omeya de Al-Andalus; unas ponencias dignas de mención y que resultaron de lo más interesante, sobre todo a todos aquellos que nos pretendemos historiadores del arte medievalistas, y más aún, a los que nos gusta todo lo referente al arte andalusí. La ponencia estrella era la del profesor Isidro Bango Torviso, Historiador, Arqueólogo, Catedrático de Historia del Arte y docente de la Universidad Autónoma de Madrid. Sí, yo soy super hiper mega archi fan de este señor, cuyo cerebro deberían conservar en formol. Sus artículos sobre arquitectura románica, y concretamente sobre los edificios de peregrinación (vease los referentes a las famosas cinco, o sus teorías sobre la tribuna y su función, entre otros documentos), me abrieron los ojos hasta tal punto que el modo 'teorizar' se instaló en mi cabeza de la misma manera que se instala un programa de ordenador. Leer a Bango significa que hasta el final, no sabes lo que estás leyendo, porque puede salir por cualquier sitio, corroborando el estado de la cuestión, poniéndolo en duda o refutándolo con posible pruebas y teorías de lógica aplastante. Pero lo mejor, no es que quiera convencerte de que su idea es la correcta, sino que intenta convencerte de que no todo el monte es orégano y que o pasa nada si se duda sobre las teorías estandarizadas, porque a fin de cuentas, es así como se hace, se investiga y se escribe la historia del arte, y todas las historias. El profesor Bango, de nuevo lo había conseguido aquella mañana fría de jueves; la sala estaba a rebosar y no cabía nadie más; gente por el suelo, de pie, apoyada en la pared,..... era Bango Torviso, había que escucharlo. Y no defraudó. Otra vez, había hablado, y en la sala se oyó de nuevo un 'anda, pues es verdad',... Eso conseguía Bango, que cayeras en la cuenta.
Por otro lado, desde estas conferencias soy fan de un histoirador llamado González Ferrín y que sencillamente dio un vuelco a lo que se sabe sobre el 711 y la llegada de los islámicos. Solo puedo decir, que desde ese día, en realidad ya no sé quiénes vinieron, cuántos eran, cómo y de dónde.
Por la tarde las ponencias se pusieron de lo más interesante, y el gran debate, en el que no pude participar por falta de tiempo, fue el de arte-arqueología, arqueología-arte; la conclusión personal, es que no se puede separar, son como dos hermanas siamesas, que en el caso de la arquitectura están unidas por la cabeza; no hay separación quirúrgica posible.
Pero el tema estrella, parece ser que fue ubicar la cronología de un edificio emblemático y sobre el que se ha escrito ríos de tinta; Santa María de Melque. Tanta fue la espectación, que mi amiga propuso que fuéramos a visitarla, y así lo hicimos. No voy a entrar en el eterno debate, porque al final, es como preguntarse qué fue primero si el huevo o la gallina, sólo diré que a mí, personalmente, lo que me parece después de escuchar la ponencia del arqueólogo Caballero Zoreda, y haber ido a verla, e intentar identificar los elementos allí expuestos y poner en práctica o aprendido en la carrera, para mí este edificio, no es mozárabe, es visigodo, por muchos motivos que no voy a citar aquí para no aburrir al personal, y la ubico en el siglo VI, aproximadamente. Tenía que decirlo, es que no veais el debate que hay abierto sobre esto, pero bueno, es una humilde opinión de estudiante interesada.
También he de decir, que después de escuchar a don Isidro Bango, cada vez tengo menos claros los términos mozárabe, bizantinismo, visigótico, o emiral; vamos, que sólo sé que no sé nada. En cualquier caso, me encantó asistir a aquellas conferencias. Aprendí y pensé en tres días sobre arquitectura y arqueología, que en un año entero de carrera.
Como veis, siempre hay que algo para actualizar el blog.
26 de diciembre de 2011
21 de noviembre de 2011
13 de noviembre de 2011
MICRORRELATOS
Aquellos tres,...
La verdad, es que al principio me daba miedo. Pensaba que sería algo terrible, pero cuando ocurrió, sencillamente, ni me di cuenta. Al llegar me pareció, un lugar agradable, tranquilo, casi podía respirarse el más puro sosiego. Y entonces, allí estaban aquellos tres. Sentados en un banco, charlando y riendo. Por lo que pudo escuchar, recordaban momentos de su infancia, y de su vida de estudiantes. Uno de ellos, no hacía más que meterse con el que tenía a su derecha; le decía que dejase de meterse con él, que dijera lo que dijera, no lo iba a convencer. El de la izquierda, se reía y miraba al horizonte, con una mirada medio perdida, y hacía dibujos en medias cuartillas. Dibujos muy raros de seres imposibles en posiciones aún más imposibles, a los que adornaba con frases extrañas. El del centro, de vez en cuando miraba los dibujos y le hacia comentarios; este me gusta, este no, esto qué es, no lo entiendo, parace tal cosa o tal otra,... El de la derecha hablaba de imágenes, de visiones raras, y de París. El del centro sin embargo, no hacía más que decirles, que eran un par de reritos, que si no fuera porque los conocía, pensaría que habían perdido el norte.
Al cabo del rato, el del centro dijo que había llegado la hora, que fueran recogiendo. El de la izquierda guardó los dibujos en una carpeta y el de la derecha se atí los cordones de sus zapatos. El de la izquierda con la mirada tristona, le preguntó al del centro, si no iba con ellos, y este le respondió; 'sabes que no puedo',... Se pusieron de pie y se despidieron. Los dos hombres de la derecha y de la izquierda, comenzaron a caminar, y el del centro, se los quédó mirando, y entonces, reclamó su atención con un grito; ¡Eh!, y se giraron. 'Tranquilos, soñar será vuestro trabajo,... Salva,.... te estaré esperando, y tú Luis,..... sigo pensando que yo soy ese perro, digas lo que digas,...'
Y ambos, contestaron con un 'adios Fede, cuídate'.
Me acerqué al tal Fede, y me dijo; ´sí, esto es el cielo, y sí, soy Lorca,... y antes de que preguntes nada, sí,.... Eran Dalí y Buñuel...'
Pero ¿cómo es posible que hayan estado aquí?, ellos aún viven,... pregunté.
Entonces, Fede me miró y sonrió, y me dijo; 'anda ven conmigo, quiero presentarte a mi amigo Ignacio, es torero, sabes,...'
La verdad, es que al principio me daba miedo. Pensaba que sería algo terrible, pero cuando ocurrió, sencillamente, ni me di cuenta. Al llegar me pareció, un lugar agradable, tranquilo, casi podía respirarse el más puro sosiego. Y entonces, allí estaban aquellos tres. Sentados en un banco, charlando y riendo. Por lo que pudo escuchar, recordaban momentos de su infancia, y de su vida de estudiantes. Uno de ellos, no hacía más que meterse con el que tenía a su derecha; le decía que dejase de meterse con él, que dijera lo que dijera, no lo iba a convencer. El de la izquierda, se reía y miraba al horizonte, con una mirada medio perdida, y hacía dibujos en medias cuartillas. Dibujos muy raros de seres imposibles en posiciones aún más imposibles, a los que adornaba con frases extrañas. El del centro, de vez en cuando miraba los dibujos y le hacia comentarios; este me gusta, este no, esto qué es, no lo entiendo, parace tal cosa o tal otra,... El de la derecha hablaba de imágenes, de visiones raras, y de París. El del centro sin embargo, no hacía más que decirles, que eran un par de reritos, que si no fuera porque los conocía, pensaría que habían perdido el norte.
Al cabo del rato, el del centro dijo que había llegado la hora, que fueran recogiendo. El de la izquierda guardó los dibujos en una carpeta y el de la derecha se atí los cordones de sus zapatos. El de la izquierda con la mirada tristona, le preguntó al del centro, si no iba con ellos, y este le respondió; 'sabes que no puedo',... Se pusieron de pie y se despidieron. Los dos hombres de la derecha y de la izquierda, comenzaron a caminar, y el del centro, se los quédó mirando, y entonces, reclamó su atención con un grito; ¡Eh!, y se giraron. 'Tranquilos, soñar será vuestro trabajo,... Salva,.... te estaré esperando, y tú Luis,..... sigo pensando que yo soy ese perro, digas lo que digas,...'
Y ambos, contestaron con un 'adios Fede, cuídate'.
Me acerqué al tal Fede, y me dijo; ´sí, esto es el cielo, y sí, soy Lorca,... y antes de que preguntes nada, sí,.... Eran Dalí y Buñuel...'
Pero ¿cómo es posible que hayan estado aquí?, ellos aún viven,... pregunté.
Entonces, Fede me miró y sonrió, y me dijo; 'anda ven conmigo, quiero presentarte a mi amigo Ignacio, es torero, sabes,...'
18 de octubre de 2011
Inesperadamente, nostalgia...
De todas las penas de mi corazón, sé que el haberte perdido, es la más dolorosa. Nunca te he tenido y nunca te tendré porque no me corresponde. Sólo el recuerdo hermoso de una amor silenciado que jamás saldrá a la luz.
Te amé tan intensamente, como intenso es el azul del mar. Vertí lágrimas sinceras al sentir manos extrañas sobre tu rostro. Anhelé tus ojos sobre los míos, tu mano sobre mi mano y tus labios sobre mi boca. Te amé; tan en silencio y tan callada que se me salía el amor por los poros cansados de mi piel.
Escribir estas palabras supone un dolor mayor del que creo, puedo soportar. Pero, ¿Sabes?, el alma es más fuerte de lo que uno se imagina. Es como las hormigas, que soportan un peso diez veces superior al suyo. Pero lo cierto, es que no te tengo, y que debo salir adelante. Debo aprender a convivir con mi soledad, a pensar que mañana será otro día,... un día mejor.
Te amé tan intensamente, como intenso es el azul del mar. Vertí lágrimas sinceras al sentir manos extrañas sobre tu rostro. Anhelé tus ojos sobre los míos, tu mano sobre mi mano y tus labios sobre mi boca. Te amé; tan en silencio y tan callada que se me salía el amor por los poros cansados de mi piel.
Escribir estas palabras supone un dolor mayor del que creo, puedo soportar. Pero, ¿Sabes?, el alma es más fuerte de lo que uno se imagina. Es como las hormigas, que soportan un peso diez veces superior al suyo. Pero lo cierto, es que no te tengo, y que debo salir adelante. Debo aprender a convivir con mi soledad, a pensar que mañana será otro día,... un día mejor.
14 de octubre de 2011
La caja de tu recuerdo
In memoriam M.A.L.
El tiempo pasa muy deprisa, las despedidas son cortas y las ausencias largas. Podemos coger el tiempo y encerrarl en una esfera de cristal que suene al dar las horas en punto, y sin embargo es intangible. Podemos medirlo, darle una unidad de medida; en horas, minutos y segundos, en días, semanas, meses y años. Somos capaces de ajustar nuestra vida en función del tiempo, anotarlo en una agenda, y actuar en consecuencia. Podemos quejarnos de el; si nos hacen esperar, pasa lento, si vamos con prisa porque llegamos tarde, pasa rápidamente. Podemos calcular la velocidad y el espacio si tenemos el tiempo. Pero durante este año, me he dado cuenta, si cabe más que nunca, que el tiempo es relativo. San Agustín decía que si pensaba lo que era el tiempo, no sabía lo que era, pero que si no lo pensaba, lo tenía claro. El tiempo pasará tan rápido como queramos vivir nuestras vidas. El tiempo será lo que nosotros queramos que sea. Hoy, para mí, el tiempo es la caja de tu recuerdo. Y cuanto más tiempo pase, más te recordaremos, y más se llenará nuestra caja. La de los que fueron tus íntimos, tus conocidos, tu familia, o como yo, la de personas que apenas cruzaron un par de palabras contigo.
Hoy mi caja lleva el nombre de Marcos.
El tiempo pasa muy deprisa, las despedidas son cortas y las ausencias largas. Podemos coger el tiempo y encerrarl en una esfera de cristal que suene al dar las horas en punto, y sin embargo es intangible. Podemos medirlo, darle una unidad de medida; en horas, minutos y segundos, en días, semanas, meses y años. Somos capaces de ajustar nuestra vida en función del tiempo, anotarlo en una agenda, y actuar en consecuencia. Podemos quejarnos de el; si nos hacen esperar, pasa lento, si vamos con prisa porque llegamos tarde, pasa rápidamente. Podemos calcular la velocidad y el espacio si tenemos el tiempo. Pero durante este año, me he dado cuenta, si cabe más que nunca, que el tiempo es relativo. San Agustín decía que si pensaba lo que era el tiempo, no sabía lo que era, pero que si no lo pensaba, lo tenía claro. El tiempo pasará tan rápido como queramos vivir nuestras vidas. El tiempo será lo que nosotros queramos que sea. Hoy, para mí, el tiempo es la caja de tu recuerdo. Y cuanto más tiempo pase, más te recordaremos, y más se llenará nuestra caja. La de los que fueron tus íntimos, tus conocidos, tu familia, o como yo, la de personas que apenas cruzaron un par de palabras contigo.
Hoy mi caja lleva el nombre de Marcos.
13 de octubre de 2011
"Susurros del alma"
1er. Premio del Concurso Literario del Inst. Las Rozas I, curso COU, 1998-99
A las cinco de la tarde, suena ya el clarín de muerte. Entre tierra, sudor y polvo se descarga el polvorín. Quizá entre gritos, o en el más rotundo silencio y sin queja alguna, una bala perdida aunque dirigida, choca en un punto vital cortando todo pulso, suspiro y vida.
A las cinco de la tarde, hora en que mueren los toros, hora en que suena el clarín de muerte para ellos, sobre papeles empañados de tinta, se derrama la sangre por motivo de una idea, un pensamiento, que a lo mejor, ni siquiera fue tal.
En la llanura y en la vega, a las cinco de la tarde, suena ya el clarín de muerte; un hombre miedoso, con la mirada perdida en la nada, a la voz de, "carguen, apunten y fuego", cierra sus ojos fuertemente y cae, desplomándose como si de un pelele se tratara. Y los fusiles consiguen, entonces, el quinto de la tarde; se merecen una oreja, quizá las dos, puede que ambas y el rabo. Paseillo, vuelta al ruedo y saludo a la afición. Abandonan la arena entre aplausos y ovaciones en busca de otro coso en el que salir por la puerta grande.
Sueños truncados, vejez no vivida, tertulias inacabadas, textos nunca escritos, publicaciones sin editar, y una vida sin vivir, quedan dentro de un cuerpo que yace en el suelo como el toro que crían desde chico para que vaya a morir a la plaza.
La Luna, Preciosa, la Monja, los caballistas, San Rafael, Santa Olalla y todos los demás, gritan silenciosamente, la corriente del río verde se para, y en casa de Bernarda se visten de luto. Nueva York queda al otro lado del charco, y en el Ateneo una silla libre.
Quedaron cosas por hacer, palabras por escribir, y con Pedro, Jorge, Salva y Rafa entre otros, charlas sin comenzar y cafés sin endulzar. Porque hoy, a las cinco de la tarde, cuando suena ya el clarín de muerte, entre tierra, sudor y polvo, en la llanura y en la vega, muere Federico, muere, García Lorca.
15 de enero de 1999
A las cinco de la tarde, suena ya el clarín de muerte. Entre tierra, sudor y polvo se descarga el polvorín. Quizá entre gritos, o en el más rotundo silencio y sin queja alguna, una bala perdida aunque dirigida, choca en un punto vital cortando todo pulso, suspiro y vida.
A las cinco de la tarde, hora en que mueren los toros, hora en que suena el clarín de muerte para ellos, sobre papeles empañados de tinta, se derrama la sangre por motivo de una idea, un pensamiento, que a lo mejor, ni siquiera fue tal.
En la llanura y en la vega, a las cinco de la tarde, suena ya el clarín de muerte; un hombre miedoso, con la mirada perdida en la nada, a la voz de, "carguen, apunten y fuego", cierra sus ojos fuertemente y cae, desplomándose como si de un pelele se tratara. Y los fusiles consiguen, entonces, el quinto de la tarde; se merecen una oreja, quizá las dos, puede que ambas y el rabo. Paseillo, vuelta al ruedo y saludo a la afición. Abandonan la arena entre aplausos y ovaciones en busca de otro coso en el que salir por la puerta grande.
Sueños truncados, vejez no vivida, tertulias inacabadas, textos nunca escritos, publicaciones sin editar, y una vida sin vivir, quedan dentro de un cuerpo que yace en el suelo como el toro que crían desde chico para que vaya a morir a la plaza.
La Luna, Preciosa, la Monja, los caballistas, San Rafael, Santa Olalla y todos los demás, gritan silenciosamente, la corriente del río verde se para, y en casa de Bernarda se visten de luto. Nueva York queda al otro lado del charco, y en el Ateneo una silla libre.
Quedaron cosas por hacer, palabras por escribir, y con Pedro, Jorge, Salva y Rafa entre otros, charlas sin comenzar y cafés sin endulzar. Porque hoy, a las cinco de la tarde, cuando suena ya el clarín de muerte, entre tierra, sudor y polvo, en la llanura y en la vega, muere Federico, muere, García Lorca.
15 de enero de 1999
8 de octubre de 2011
De la mano
Ella miraba su móvil y sonreía, porque él le daba pequeñas caricias en la mano. Ella se sonrrojaba, él observaba su sonrisa. Entrelazan sus manos alrededor de uno de los asideros del metro, y yo los miro disimuladamente. Cruzan sus dedos para no caerse por el movimiento del tren. Se agarran fuertemente; sus nudillos se blanquean. ¿Se agarran el uno al otro porque es el otro su destino? ¿Cuál es el final de su trayecto?...
Se bajan dos paradas después,... de la mano.
Se bajan dos paradas después,... de la mano.
29 de septiembre de 2011
Callado
Me gusta el Prado callado, de mañana fresca y temprana. Me gusta observar a los turistas que no dejan de hacerse fotos bajo del pedestal de Goya, Velázquez o Murillo. Me gusta el olor a césped recién cortado y regado que rodea el recinto del museo, me gusta el mirto, y me gusta el mirto que trajeron desde la Toscana para los jardines del lado de los Jerónimos, pero me marea su intenso olor.
Me gusta el Prado callado, apenas despertado por las cámaras de fotos y la guitarra española que entona el Tema de Aranjuez con los ojos aún hinchados de dormir.
Imágenes de mi adolescencia de COU recorren mi cabeza una y otra vez; aquella profesora que nos obligó a recorrer el Madrid de los Austrias y de los Borbones (teniéndolo que demostrar con fotos), y que era tan exigente; el Palacio Real, los jardines de Sabatini (que no son de Sabatini, jaja), el Palacio de Santa Cruz, la Plaza Mayor, la Casa de la Villa, la calle del Cordón, las fuentes de Ventura Rodríguez (Cibeles, Neptuno y Carlos V), Palacio de Villahermosa (hoy Museo Thyssen-Bornemisza), Palacio del Conde de Tepa (junto a la Plaza de Santa Ana), la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Casa de la Aduana, el triángulo de la ciencia (bautizado por mí así; Real Gabinete de Historia Natural, hoy Museo del Prado, el Real Jardín Botánico y el Observatorio), el Oratorio del Caballero de Gracia, Puerta de Toledo, Puerta de Alcalá,... y los restos de las murallas y del antiguo Alcázar. Todo un día para recorrerlo, hacernos las fotos y volver.
Y entonces me doy cuenta, de la vueltas que da la vida. Aquella profesora y aquel trabajo consiguieron lo que otros profesores no hicieron jamás; que observáramos, que aprendiéramos a mirar, que una ciudad sólo se conoces caminando por sus aceras y mirando sus edificios,...... Y que en el arte hay que salir a ver, salir a mirar, salir a explorar, ir más allá de la mera y teórica lectura que nos dan hecha de antemano, hay que salir a experimentar el 'lo entiendo, me gusta, no me gusta, es muy recargado, me encanta, es alucinante,...'
Me gusta el Prado callado que me provoca nostalgia. Me gusta el Prado que evoca mis recuerdos con la fuerza del viento, intentando hacerme creer que fue ayer. Me gusta recordar.
Me gusta el Prado callado con sus salas en silencio, interrumpido por el murmullo alto de niños de seis años, que levantan sus manos queriendo demostrar que se saben la lección. Me gusta el Prado callado del espectador que con paciencia observa un cuadro durante más tiempo del que pensaba, y con la misma paciencia recorre con sus ojos cada trozo de lienzo, cada esquina, cada firma, cada tono de color, cada sombra y cada luz. Me gustan los ojos sorprendidos y la boca entreabierta al descubrir lo sublime.
Me gusta el Prado callado, ese al que tengo que hacer hablar, al que le tengo que preguntar, y del que espero todas las respuestas. Me gusta el Prado callado.
Me gusta el Prado. Me gusta.
Me gusta el Prado callado, apenas despertado por las cámaras de fotos y la guitarra española que entona el Tema de Aranjuez con los ojos aún hinchados de dormir.
Imágenes de mi adolescencia de COU recorren mi cabeza una y otra vez; aquella profesora que nos obligó a recorrer el Madrid de los Austrias y de los Borbones (teniéndolo que demostrar con fotos), y que era tan exigente; el Palacio Real, los jardines de Sabatini (que no son de Sabatini, jaja), el Palacio de Santa Cruz, la Plaza Mayor, la Casa de la Villa, la calle del Cordón, las fuentes de Ventura Rodríguez (Cibeles, Neptuno y Carlos V), Palacio de Villahermosa (hoy Museo Thyssen-Bornemisza), Palacio del Conde de Tepa (junto a la Plaza de Santa Ana), la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Casa de la Aduana, el triángulo de la ciencia (bautizado por mí así; Real Gabinete de Historia Natural, hoy Museo del Prado, el Real Jardín Botánico y el Observatorio), el Oratorio del Caballero de Gracia, Puerta de Toledo, Puerta de Alcalá,... y los restos de las murallas y del antiguo Alcázar. Todo un día para recorrerlo, hacernos las fotos y volver.
Y entonces me doy cuenta, de la vueltas que da la vida. Aquella profesora y aquel trabajo consiguieron lo que otros profesores no hicieron jamás; que observáramos, que aprendiéramos a mirar, que una ciudad sólo se conoces caminando por sus aceras y mirando sus edificios,...... Y que en el arte hay que salir a ver, salir a mirar, salir a explorar, ir más allá de la mera y teórica lectura que nos dan hecha de antemano, hay que salir a experimentar el 'lo entiendo, me gusta, no me gusta, es muy recargado, me encanta, es alucinante,...'
Me gusta el Prado callado que me provoca nostalgia. Me gusta el Prado que evoca mis recuerdos con la fuerza del viento, intentando hacerme creer que fue ayer. Me gusta recordar.
Me gusta el Prado callado con sus salas en silencio, interrumpido por el murmullo alto de niños de seis años, que levantan sus manos queriendo demostrar que se saben la lección. Me gusta el Prado callado del espectador que con paciencia observa un cuadro durante más tiempo del que pensaba, y con la misma paciencia recorre con sus ojos cada trozo de lienzo, cada esquina, cada firma, cada tono de color, cada sombra y cada luz. Me gustan los ojos sorprendidos y la boca entreabierta al descubrir lo sublime.
Me gusta el Prado callado, ese al que tengo que hacer hablar, al que le tengo que preguntar, y del que espero todas las respuestas. Me gusta el Prado callado.
Me gusta el Prado. Me gusta.

23 de septiembre de 2011
15 de septiembre de 2011
15 de agosto de 2011
EL RINCÓN DE LOS AEDOS
SILENCIO
Silencio,
que la noche viene
y mi alma llora.
Silencio,
que el día duerme
y tú te pierdes.
No habrá mañana
sin rocío,
ni lágrimas sin ti.
Ya no habrá
estrellas en mi cielo,
ni luz en mis ojos.
Espinas en mis manos
y dolor en mi pecho,...
Eso es lo que ha dejado
el silencio de tu noche
y el sueño de tu día.
Mi alma llora
y tú te pierdes.
15 de enero de 2001
Silencio,
que la noche viene
y mi alma llora.
Silencio,
que el día duerme
y tú te pierdes.
No habrá mañana
sin rocío,
ni lágrimas sin ti.
Ya no habrá
estrellas en mi cielo,
ni luz en mis ojos.
Espinas en mis manos
y dolor en mi pecho,...
Eso es lo que ha dejado
el silencio de tu noche
y el sueño de tu día.
Mi alma llora
y tú te pierdes.
15 de enero de 2001
12 de agosto de 2011
EL RINCÓN DE LOS AEDOS
SI LA NOCHE NO VIENE,...
Si la noche no viene,
yo traeré a la noche.
Si la luna no llega,
yo haré que llegue la luna.
Si la noche y la luna
no te quieren,
yo haré que te quieran,
que te amen.
Si las estrellas no quieren verte,
yo haré que te vean.
Y si el rocío no quiere tocarte,
yo haré que lo haga .
Pero si Dios no consigue
que me ames,...
Entonces,...
¿Para qué hacer
que la noche y la luna te quieran,
que las estrellas te iluminen
y que le rocío te empape?
Si Dios, que lo puede todo,
no puede contigo,
entonces,
se acabó.
Me rindo a tu olvido.
22 de noviembre de 2000
Si la noche no viene,
yo traeré a la noche.
Si la luna no llega,
yo haré que llegue la luna.
Si la noche y la luna
no te quieren,
yo haré que te quieran,
que te amen.
Si las estrellas no quieren verte,
yo haré que te vean.
Y si el rocío no quiere tocarte,
yo haré que lo haga .
Pero si Dios no consigue
que me ames,...
Entonces,...
¿Para qué hacer
que la noche y la luna te quieran,
que las estrellas te iluminen
y que le rocío te empape?
Si Dios, que lo puede todo,
no puede contigo,
entonces,
se acabó.
Me rindo a tu olvido.
22 de noviembre de 2000
7 de agosto de 2011
MICRORRELATOS
Mentiras nacionales
Quiso disfrutar de un permiso tranquilo; las maniobras en aquel terreno fangoso le habían cansado, y tras una ducha fría, solo quería dar una vuelta y marcharse pronto a dormir.
El luminoso de la entrada le hizo caer en la tentación de entrar. Solo tomaría una bebida fuerte, se relajaría y a la piltra. Entonces, bajó la iluminación de las luces del escenario y apareció una de las criaturas más hermosas que sus ojos habían visto. Una mujer con demasiada poca ropa comenzó a bailar de forma descarada. Ella le incitaba, lo provocaba, ledespertaba sus deseos más profundos. Salían a flote aquellos pensamientos que una vez quedaron en el olvido. Movía su cuerpo, gestivulaba conb sus manos, y su espalda sudaba. Levantaba con movimientos desiguales, el satén de su vestido. Nuestro soldado se despojó de su chaqueta, cargada de medallas, y de la corbata. Ella continuaba contoneándose; lo cogió de las manos y se las puso sobre sus caderas. En ese momento, entraron en el burdel otros dos uniformados y se sentaron cerca de donde él estaba. El vestido de la muchacha se encontraba, para entonces en el suelo, y ella sobre las rodillas de nuestro soldado. En uno de esos movimientos, la bailarina sacó de su liga una pequeña pistola y le disparó a quemarropa entre ceja y ceja. Todo quedó impregando de sangre y de trocitos de algo; los otros dos uniformados que acababan de entrar, pagaron a la muchacha con un fajo de billetes y se marcharon. Ella salió por la puerta de atrás, y nadie vio nada.
"Estimados Señores Jefferson: Sentimos comunicarles que su hijo, Thomas, ha fallecido en acto de servicio, defendiendo a su país..."
Doce salvas, el himno nacional, entrega de bandera a los familiares, carpetazo y archivado en el olvido.
2 de septiembre de 1999
Quiso disfrutar de un permiso tranquilo; las maniobras en aquel terreno fangoso le habían cansado, y tras una ducha fría, solo quería dar una vuelta y marcharse pronto a dormir.
El luminoso de la entrada le hizo caer en la tentación de entrar. Solo tomaría una bebida fuerte, se relajaría y a la piltra. Entonces, bajó la iluminación de las luces del escenario y apareció una de las criaturas más hermosas que sus ojos habían visto. Una mujer con demasiada poca ropa comenzó a bailar de forma descarada. Ella le incitaba, lo provocaba, ledespertaba sus deseos más profundos. Salían a flote aquellos pensamientos que una vez quedaron en el olvido. Movía su cuerpo, gestivulaba conb sus manos, y su espalda sudaba. Levantaba con movimientos desiguales, el satén de su vestido. Nuestro soldado se despojó de su chaqueta, cargada de medallas, y de la corbata. Ella continuaba contoneándose; lo cogió de las manos y se las puso sobre sus caderas. En ese momento, entraron en el burdel otros dos uniformados y se sentaron cerca de donde él estaba. El vestido de la muchacha se encontraba, para entonces en el suelo, y ella sobre las rodillas de nuestro soldado. En uno de esos movimientos, la bailarina sacó de su liga una pequeña pistola y le disparó a quemarropa entre ceja y ceja. Todo quedó impregando de sangre y de trocitos de algo; los otros dos uniformados que acababan de entrar, pagaron a la muchacha con un fajo de billetes y se marcharon. Ella salió por la puerta de atrás, y nadie vio nada.
"Estimados Señores Jefferson: Sentimos comunicarles que su hijo, Thomas, ha fallecido en acto de servicio, defendiendo a su país..."
Doce salvas, el himno nacional, entrega de bandera a los familiares, carpetazo y archivado en el olvido.
2 de septiembre de 1999
EL RINCÓN DE LOS AEDOS
REGÁLAME
Regálame los claros de luna
que habitan en tu pecho;
se refugian en tu alma
y no quieren salir.
Regálame esos besos olvidados
por los rincones de tu silencio,
ese silencio que me desgarra.
Regálame una de tus palabras
que mis ojos quieren escucharte,
mis manos verte
y mis oídos sentirte.
Quiero tenerte cerca,...
pero sólo un poquito.
Regálame el brillo de tu pelo,
que mi habitación
y mis sueños no tienen luz.
Regálame tu voz
que quiero escucharte decir
lo que nunca dirás.
Regálame esos claros de luna
que habitan en tu pecho,
porque quiero que se marche
esta molesta oscuridad.
28 de noviembre de 2000
Regálame los claros de luna
que habitan en tu pecho;
se refugian en tu alma
y no quieren salir.
Regálame esos besos olvidados
por los rincones de tu silencio,
ese silencio que me desgarra.
Regálame una de tus palabras
que mis ojos quieren escucharte,
mis manos verte
y mis oídos sentirte.
Quiero tenerte cerca,...
pero sólo un poquito.
Regálame el brillo de tu pelo,
que mi habitación
y mis sueños no tienen luz.
Regálame tu voz
que quiero escucharte decir
lo que nunca dirás.
Regálame esos claros de luna
que habitan en tu pecho,
porque quiero que se marche
esta molesta oscuridad.
28 de noviembre de 2000
25 de julio de 2011
Tal día como hoy,... Un 25 de julio de 1979
A veces me pregunto por qué me gusta tanto Galicia, por qué me pongo morriñosa cada vez que oigo hablar en gallego, veo una imagen de las rías o me hablan de Compostela. Siempre lo achaqué a mi ascendencia gallega por parte de madre (por esta rama todos son gallegos), además de haberme criado verano tras verano en el pueblo de mi abuela, La Rúa, en la provincia de Orense. Por otro lado, aprendí casi sin darme cuenta y sin estudiarla, una lengua que siempre me pareció algo así como cantarina; con un acento pegadizo, de vocales abiertas y sin tiempos compuestos, y que yo imitaba como si hubiera nacido allí (yo nací en Madrid), hasta tal punto que no parecía sino más gallega que mi abuela. Yo siempre, digo que el acento se me pega a partir de Ponferrada, antes no, y a la vuelta a Madrid, desaparece de mi boca con el mismo efecto de los petroglifos de los castros celtas; en silencio para más tarde con el tiempo, volver a ser recordada, como las cosas que han estado siempre ahí, y que sólo hay que fijarse. Que me haya matriculado en literatura gallega en la universidad, creo que también dice algo.
La cuestión es, adoro todo lo que hable de este lugar, o casi todo, por aquello de dejar un margen de error. Bebo del interior por mi abuela, y de la costa por mi madre; ella nació en San Miguel de Reinante, concello de Barreiros, provincia de Lugo. Algunos pensareis, y eso dónde está, pues bien, si digo que está cerca Ribadeo o Foz, y que la playa más famosa de la zona es la playa de las Catedrales, a lo mejor suena algo más,... Aunque tampoco tiene por qué. En cualquier caso, recomiendo su visita encarecidamente, por supuesto.

Visto esto, si encima añadimos mi amor por su gastronomía (empanada, queso de tetilla, lacón a la gallega, pulpo a feira, filloas (crepes), o sus vinos blancos como el albariño o el ribeiro), y además mi gusto por el románico, sabiendo que el románico perfecto tiene su mejor ejemplo en tres dimensiones con la Catedral de Santiago (y que conste que esto no lo digo yo, lo dicen los expertos), pues casi, casi, poco hace falta para intentar entender el por qué de mi adoración por este rincón de la península, llamado Gallaecia, donde la tierra llegaba a su fin (Finisterrae), y cuyas rías se dice que se formaron cuando Dios quiso descansar en la creación del mundo, y apoyó una de sus manos sobre la costa de Galicia, marcándola con sus dedos, permitiendo que parte del agua del mar, penetrara en la tierra.
Pero la respuesta a mi curiosidad dio un vuelco, cuando escuché algo sobre mi origen. Resulta que nací en Madrid, pero me 'hicieron' en Galicia, en el pueblo costero del que es mi madre. Y por si esto no fuera razón suficiente, según mi madre y su memoria, fue un 25 de julio, día de Santiago Apóstol, patrón de Galicia y de España (aunque casi no se celebre como festivo,...). La verdad es que flipé un poco, pero me hizo mucha gracia.
Resulta que viajaron hasta allí, mi madre, mi padre, mis tíos, mis dos primas y mi hermano mayor; siete personas en un 124, con escala en casa de mi abuela. Ahí es nada. Y nada, mi padre y mi madre, se dedicaron a lo suyo, y nueve meses después, aparecía yo. Según mi madre no es cuestión de cálculos, es que fue ese día y punto,... por las circunstancias de aquel viaje, la regla y esas cosas,... jajajaa,...
Entonces, me replanteo la pregunta del principio, y la respuesta está clara; por muy metafórico que parezca, creo que Galicia corre por mis venas, su esencia y su cultura, de la misma manera o más que lo hace Madrid (como para no correr por mis venas,... si me sacan sangre seguro que los glóbulos rojos preguntarían '¿nos vamos?' y los blancos responderían '¿y luego?'....).
En fin, meniños, malo será, carallo, malo será,....
La cuestión es, adoro todo lo que hable de este lugar, o casi todo, por aquello de dejar un margen de error. Bebo del interior por mi abuela, y de la costa por mi madre; ella nació en San Miguel de Reinante, concello de Barreiros, provincia de Lugo. Algunos pensareis, y eso dónde está, pues bien, si digo que está cerca Ribadeo o Foz, y que la playa más famosa de la zona es la playa de las Catedrales, a lo mejor suena algo más,... Aunque tampoco tiene por qué. En cualquier caso, recomiendo su visita encarecidamente, por supuesto.

Visto esto, si encima añadimos mi amor por su gastronomía (empanada, queso de tetilla, lacón a la gallega, pulpo a feira, filloas (crepes), o sus vinos blancos como el albariño o el ribeiro), y además mi gusto por el románico, sabiendo que el románico perfecto tiene su mejor ejemplo en tres dimensiones con la Catedral de Santiago (y que conste que esto no lo digo yo, lo dicen los expertos), pues casi, casi, poco hace falta para intentar entender el por qué de mi adoración por este rincón de la península, llamado Gallaecia, donde la tierra llegaba a su fin (Finisterrae), y cuyas rías se dice que se formaron cuando Dios quiso descansar en la creación del mundo, y apoyó una de sus manos sobre la costa de Galicia, marcándola con sus dedos, permitiendo que parte del agua del mar, penetrara en la tierra.
Pero la respuesta a mi curiosidad dio un vuelco, cuando escuché algo sobre mi origen. Resulta que nací en Madrid, pero me 'hicieron' en Galicia, en el pueblo costero del que es mi madre. Y por si esto no fuera razón suficiente, según mi madre y su memoria, fue un 25 de julio, día de Santiago Apóstol, patrón de Galicia y de España (aunque casi no se celebre como festivo,...). La verdad es que flipé un poco, pero me hizo mucha gracia.
Resulta que viajaron hasta allí, mi madre, mi padre, mis tíos, mis dos primas y mi hermano mayor; siete personas en un 124, con escala en casa de mi abuela. Ahí es nada. Y nada, mi padre y mi madre, se dedicaron a lo suyo, y nueve meses después, aparecía yo. Según mi madre no es cuestión de cálculos, es que fue ese día y punto,... por las circunstancias de aquel viaje, la regla y esas cosas,... jajajaa,...
Entonces, me replanteo la pregunta del principio, y la respuesta está clara; por muy metafórico que parezca, creo que Galicia corre por mis venas, su esencia y su cultura, de la misma manera o más que lo hace Madrid (como para no correr por mis venas,... si me sacan sangre seguro que los glóbulos rojos preguntarían '¿nos vamos?' y los blancos responderían '¿y luego?'....).
En fin, meniños, malo será, carallo, malo será,....
18 de julio de 2011
Perlitas dialécticas
El otro día escuchando la televisión, concretamente el telediario, me di cuenta, por enésima vez, de lo mal que hablan algunos periodistas. Lo siento si alguien se da por aludido, pero las mejores 'perlas' de la expresión/gramaticales, salen de la boca de periodistas y políticos. Y es entonces, cuando me acuerdo de mis profesoras de lengua, que con sus defectos incluidos, supieron enseñarme, creo yo, el buen uso del lenguaje y la gramática española. Porque señores, el español es uno de los idiomas más ricos del planeta como para hablarlo mal o despreciarlo, y que conste que yo soy la primera que se pone un punto en la boca, porque mañana puede ser yo la que suelte una perla de las gordas.
Todo esta reflexión viene, como decía, debido a ciertas expresiones que oigo a menudo en los medios televisivos (debo puntualizar que en prensa escrita, son más cuidadosos). Aquí van algunas de ellas.
"en el accidente hubieron heridos de carácter leve"; esta oración, según la Real Academia de la Lengua, es impersonal, por lo tanto, por qué tenemos la manía de hacer concordar al verbo con un sujeto que no existe. Porque 'heridos' no es un sujeto. Y porque hay una norma universal en la gramáticas castellana que dice que el verbo haber es impersonal.
"se vende"; también es impersonal. Sabemos que se vende algo, pero no tenemos sujeto que realice la acción, por lo tanto, escuchar cosas como 'se venden casas', es del todo incorrecto.
En definitiva, si no recuerdo mal, algunos se hacen un lío con el complemento directo y lo confunden con el sujeto.
"las heridas eran incompatibles con la vida";........... no quiero parecer pedante, pero partimos de la premisa de que incluso un arañazo es incompatible con la vida, es decir, si no fuera así, el propio cuerpo no se molestaría en enviar a la herida una orda de glóbulos blancos y plaquetas para impedir una infección y cicatrizar la piel, casi sin dejar rastro. Quiero decir que es obvio que las heridas no son compatibles con nada, es una expresión que me parece ridícula.
"se creé que la causa de la muerte fue una parada cardiorespiratoria";......................... en fin. Creo que al final todo el mundo se muere de eso, no,.... Aunque para llegar a eso haya habido un balazo, una enfermedad, un accidente,... etc.
"la reunión está en el punto álgido"; esta es un clásico, que por más que corrigen, peor la usan. Resulta que la palabra álgido, significa 'frío', pero se usa erróneamente como sinónimo de situación candente. Sin embargo, cuando oigo en televisión, 'fulanita, cuéntanos cómo va la reunión para salir de la crisis', y fulanita contesta, 'buenas tardes desde el congreso, pues lo cierto es que estamos en el punto álgido de la reunión, y fluyen las propuestas,...', me doy cuenta de que nunca una expresión mal utilizada hizo tanto honor a la verdad; la solución para salir de la crisis está 'fría, congelada, helada',...
Pero vamos, que yo no voy a dar clases de lengua y gramática a nadie, que yo también dudo a veces de como se escriben algunas palabras, tengo mis lapsus y meto la pata. Por eso digo, señores, a leer, leer y leer, la única forma de mejorar nuestra expresión. Porque la logse hizo más daño de que pensábamos,.... Jajajaja
Todo esta reflexión viene, como decía, debido a ciertas expresiones que oigo a menudo en los medios televisivos (debo puntualizar que en prensa escrita, son más cuidadosos). Aquí van algunas de ellas.
"en el accidente hubieron heridos de carácter leve"; esta oración, según la Real Academia de la Lengua, es impersonal, por lo tanto, por qué tenemos la manía de hacer concordar al verbo con un sujeto que no existe. Porque 'heridos' no es un sujeto. Y porque hay una norma universal en la gramáticas castellana que dice que el verbo haber es impersonal.
"se vende"; también es impersonal. Sabemos que se vende algo, pero no tenemos sujeto que realice la acción, por lo tanto, escuchar cosas como 'se venden casas', es del todo incorrecto.
En definitiva, si no recuerdo mal, algunos se hacen un lío con el complemento directo y lo confunden con el sujeto.
"las heridas eran incompatibles con la vida";........... no quiero parecer pedante, pero partimos de la premisa de que incluso un arañazo es incompatible con la vida, es decir, si no fuera así, el propio cuerpo no se molestaría en enviar a la herida una orda de glóbulos blancos y plaquetas para impedir una infección y cicatrizar la piel, casi sin dejar rastro. Quiero decir que es obvio que las heridas no son compatibles con nada, es una expresión que me parece ridícula.
"se creé que la causa de la muerte fue una parada cardiorespiratoria";......................... en fin. Creo que al final todo el mundo se muere de eso, no,.... Aunque para llegar a eso haya habido un balazo, una enfermedad, un accidente,... etc.
"la reunión está en el punto álgido"; esta es un clásico, que por más que corrigen, peor la usan. Resulta que la palabra álgido, significa 'frío', pero se usa erróneamente como sinónimo de situación candente. Sin embargo, cuando oigo en televisión, 'fulanita, cuéntanos cómo va la reunión para salir de la crisis', y fulanita contesta, 'buenas tardes desde el congreso, pues lo cierto es que estamos en el punto álgido de la reunión, y fluyen las propuestas,...', me doy cuenta de que nunca una expresión mal utilizada hizo tanto honor a la verdad; la solución para salir de la crisis está 'fría, congelada, helada',...
Pero vamos, que yo no voy a dar clases de lengua y gramática a nadie, que yo también dudo a veces de como se escriben algunas palabras, tengo mis lapsus y meto la pata. Por eso digo, señores, a leer, leer y leer, la única forma de mejorar nuestra expresión. Porque la logse hizo más daño de que pensábamos,.... Jajajaja
11 de julio de 2011
Del esperpento y el absurdo (sin Valle ni Mihura)
(.....)
-¿Y de cuándo dice que es?
-Del siglo XVII. A que es una joya,... Encuadernación en piel, imprenta de tipos móviles, cuatrocientos tres folios perfectamente cosidos,... Ah, y está íntegro, conserva hasta la dedicatoria a su muy gran altísima majestad Felipe IV.
-Pues sí, una joyita, la verdad, pero no es exactamente lo que estoy buscando. Verá usted, yo iba buscando libros de viajes, o en su defecto, que describan lugares, monumentos, cosas así.
-Pues precisamente ayer, recibí recién traída de la Biblioteca Nacional de Madrid esta segunda edición de Viaje de España de Antonio Ponz. El último investigador que lo consultó se lo llevó sin darse cuenta traspapelado entre unos folios, en la bolsita transparente esa que le dan a uno cuando va allí. Su estado es inmejorable, a pesar de haber sido usado casi de continuo.
-Pues que interesante, apártemelo que me lo llevo. Pero me gustaría ver algo más.
-Por supuesto, caballero. A ver qué le parece esta cuarta edición del Decamerón; no tiene parangón amigo mío. Importada directamente de la Biblioteca Nacional de París.
-Otro investigador despistado, claro.
-No, un funcionario despedido a traición dos años antes de la jubilación. El último día dijo que volvía para robarlo, y el vigilante le dijo, que no podía, que eso era de mal gusto y daba mal ejemplo a las nuevas generaciones de funcionarios. Pero al final le dijo que no pasaba nada, que lo cogiera, que él se daba la vuelta mirando a otro sitio, y listo. Et voila! Aquí lo tenemos.
-Si es que ya no quedan vigilantes como los de antes. Una medalla le daba yo, es más la Legión de Honor. Qué orgullo para el cuerpo.
-Fíjese, que hasta él mismo, le limpió el polvo al ejemplar para que se lo llevara en las mejores condiciones. Todo un vigilante con mayúsculas.
-Pues la verdad, sólo por eso se merece estar en mi estantería; no creo que haya mejor homenaje al funcionario despedido improcedentemente, y al vigilante. Cuánta honra.
-Cuánta emoción me produce, se lo aparto con el Ponz.
-Andá, pero qué ven mis cataráticos ojos... No será,...
-Sí,..
-No,...
-Sí, como lo ve.
-No puede ser. ¿Sabe cuántas veces he consultado yo ese ejemplar en,...? Un momento,... ppppero, si es el auténtico...
-Auténtico, con los sellos, folios numerados, y las marcas que lo hacen único bajo la luz morada. Este sí que no tiene precio.
-Pero cuénteme cómo lo ha conseguido. Porque me imagino que le habrá costado una fortuna.
-Ninguna. Resulta que se dejaron abierta la vitrina donde estaba guardado, y un señor muy agradable pensó; qué mejor forma de hacer el camino de Santiago que con la primera y genuina guía del camino. Abrió la vitrina, lo cogió y se lo llevó.
-Pero le dirían algo al salir.
-Nada de nada. Cuando salió de la cámara le dijo al deán que si se lo prestaba para hacer el camino, porque a fin de cuentas, las guías que venden pueden ser muy caras. Claro, que si uno lo mira bien, el Calixtino no lleva los teléfonos de los albergues, pero bueno, por lo menos te cuenta de qué ríos son potables y cuales no, además de los que tienen buena pesca en su haber.
-Sí, la verdad es que no es tan buena guía como la pintan, además, ya me dirá usted señor mío, para qué quiere un peregrino conocer todos los milagros del Apóstol, o todas esas partituras, ni que se fuera a poner a cantar para subir al Cebreiro.
-Pues eso digo yo también, caballero. Pero ya ve.
-Entonces, se lo llevó para hacer el camino.
-Claro. Al final, el deán le dijo que lo cuidara que lo tratara bien, y que cuando acabara, al llegar a Santiago, después de recibir la Compostela, por supuesto, lo llevara de vuelta al archivo de la catedral. El señor agradable, hasta escribió una nota de agradecimiento para el cabildo, en la que hacía hincapié en las mil facilidades que ofrecía el archivo de la catedral compostelana para los investigadores/peregrinos. Y si lo piensa usted, pues es verdad, para qué nos vamos a engañar. En pocos sitios se lo facilitan a uno tanto.
-Imagínese usted señor mío, el vigilante de París trabajando en el archivo de la catedral de Santiago; insuperable. El mejor servicio que le podrían dar a uno. Si es que ya no hay funcionarios como los de antes, se lo digo yo. Verá usted, que yo quería llevarme 'El grito', ese cuadro de Munch que me pone los pelos como escarpias, y cómo creé que me tuve que llevar...
-No me diga, sorpréndame caballero.
-Por la ventana. Tuve que poner una escalera, subir, coger el cuadro y bajarlo. Estuve a punto de reclamar, porque sabrá usted señor mío que padezco de vértigos, por culpa de una dolencia cervical.
-Qué vergüenza, cuánta desfachatez. Lo mínimo habría sido poner una red o un colchón abajo, por si acaso. Oir estas cosas me indignan caballero, si es que como no cambie el sistema, no vamos a ninguna parte.
-Si usted supiera, señor mío. Pero volviendo al códice, si lo devolvió, cómo ha llegado hasta usted.
-Pues resulta que aquel señor tan amable, hizo el camino, con el códice tan codiciado, pero se puso malo y tuvo que ganar el jubileo en Villafranca del Bierzo. Vamos, que palmó, y el códice no llegó a Santiago. Un joven muy majo, con carnet de alberguista, que venía caminando desde Somport, cogió el códice y se lo llevó en su mochila. Pero como era estudiante y trabajador a jornada completa para mantener a sus padres, hacía el camino sólo los fines de semana, y entre semana residía en Madrid. Al volver de su última etapa, fue cuando trajo el códice, y como no sabía que hacer con él, lo trajo a mi librería.
-Pero podía haberlo enviado por valija o por seur, a Santiago, no...
-Sí, caballero, quién se iba a hacer cargo de los costes, que 225 folios de pergamino pesan también lo suyo, y uno no sabe en qué condiciones puede llegar. Figúrese si se pierde y terminase en algún punto del camino portugués, o del camino inglés,... Sería un despropósito. Así que, aquí lo tengo.
-Pues sepa usted señor mío, que me lo llevo también. Algo así, no se puede dejar escapar.
-Le voy haciendo la cuenta caballero.
-Pero hágame algún descuento, que tengo la tarjeta tiritando.
-Descuide; vamos a ver, el Ponz, el Decamerón y el Calixtino,... suma un total de 2327 euros con 38 céntimos. Verá caballero, que se lo he cobrado muy por debajo de su valor. Mi abuelo, que en gloria esté, decía siempre que había que tratar bien a los buenos clientes. ¿Con tarjeta me dijo, verdad?
-Sí. Como verá no llevo tantísimo dinero encima. Y por favor, deme el ticket, que esto desgrava, y no está la economía para despilfarros.
-Y que lo diga amigo mío, y que lo diga. Jajajaja.
-Pues aquí tiene ¿Quiere que se lo ponga para regalo?
-Oh, no se moleste, si los voy a usar en cuanto llegue a casa, vamos, que me lo llevo casi puesto.
-Así que, para uso y disfrute personal,... Verá que no se arrepiente.
-¿Sería tan amable de avisarme si le llegara la Vulgata? Es que no hay forma de conseguirla.
-Sin problemas, se la voy a encargar. En cuanto esté aquí, le aviso.
-Pues muy amable, hasta otro día, que pase buena tarde.
-Adios caballero, que la pase bien.
20 de junio de 2011
Las Piedras
Cuentos de Dinamarca
Pasaba por allí a menudo, y siempre la veía igual, caminando despacio al tiempo que sus manos tocaban las piedras. Una y otra vez. Lo repetía como un ritual. Una tarde, pasó con la bicicleta y se detuvo, sintió curiosidad.
-Perdona.
-Sí.
-Siempre que paso por aquí te veo ahí, en medio de las ruinas, tocándolas y caminando entre ellas.
-¿Te sorprende?
-Sí, buneo, no quería molestarte, cada uno es muy libre de gastar su tiempo como quiera...
-No, si no me molestas. Vengo siempre que puedo para escucharlas, es muy bonito cuando hablan.
-¿Hablan?.... Quienes.
-Quién va a ser, las piedras, por supuesto.
............
Se quedó pasmada pensando que aquélla pobre estaba un poco ida. Se despidió de ella y se fue. Pasaron los días y allí estaba, con su tónica habitual; silencio entre las piedras, para poder oirlas.... Qué barbaridad. La gente empezaba a perder la cabeza.
Un día, de pronto ya no la veía. Le inquietaba no verla, a fin de cuentas era una mujer muy simpática, un poco ida, pero simpatíca. Pero no estaba. Pasaba a propósito con su bicicleta todos los días, y nada. Sencillamente, se había ido, o a lo mejor, es que tenía trabajo, o se había ido de viaje, o vete tú a saber, pero no estaba.
Y sin más, dejó su bici contra un árbol, y se adentró entre las piedras. Sintió un calor en los pies, y al caminar los notaba pesados, como si llevara zapatos de plomo. Había grandes piedras redondas formando dos filas muy largas, y todo estaba tomado por un musgo húmedo y verde, desde las piedras del suelo hasta los restos de los muros. Se acercó a uno de ellos y puso su mano sobre la fría piedra. Entonces, se le aceleró el corazón y comenzó a respirar nerviosa. Anduvo despacio junto al muro, dejando arrastrar la mano sobre las piedras desgastadas, y lo hizo hasta que bordeó toda la pared. Retiró la mano brúscamnete de la pared, y se fue corriendo con su bicicleta. Mañana será otro día, pensó asustada, al no entender lo que acaba de sentir. Cuando llegó a casa se encontró con su hermana pequeña, que pintaba un dibujo de una mujer.
-¿Qué pintas enana?
-A una musa.
Se acercó para ver el dibujo de su hermana, y se quedó de atónita al verlo; era la mujer de las piedras, pero cómo....
-¿De dónde lo has copiado?
-De ese libro que tiene mamá, ese de los dioses. ¿No te gusta?
-Sí, es precioso. Enséñame el libro anda, quiero verlo.
La cría se lo mostró justo por la página de la que lo había copiado. Aparecía ella, la mujer, con el mismo vestido, el mismo peinado,.... todo era igual. Incluso estaba tocando unas piedras grandes. Debajo de la imagen decía; Clío, musa de la historia.
Y entonces, lo entendió todo. Y ella también perdió la cabeza, porque desde aquel día creyó que las piedras hablaban; eran las poseedoras de las historia.
Se sentó y esperó a que se hermana terminara el dibujo.
Pasaba por allí a menudo, y siempre la veía igual, caminando despacio al tiempo que sus manos tocaban las piedras. Una y otra vez. Lo repetía como un ritual. Una tarde, pasó con la bicicleta y se detuvo, sintió curiosidad.
-Perdona.
-Sí.
-Siempre que paso por aquí te veo ahí, en medio de las ruinas, tocándolas y caminando entre ellas.
-¿Te sorprende?
-Sí, buneo, no quería molestarte, cada uno es muy libre de gastar su tiempo como quiera...
-No, si no me molestas. Vengo siempre que puedo para escucharlas, es muy bonito cuando hablan.
-¿Hablan?.... Quienes.
-Quién va a ser, las piedras, por supuesto.
............
Se quedó pasmada pensando que aquélla pobre estaba un poco ida. Se despidió de ella y se fue. Pasaron los días y allí estaba, con su tónica habitual; silencio entre las piedras, para poder oirlas.... Qué barbaridad. La gente empezaba a perder la cabeza.
Un día, de pronto ya no la veía. Le inquietaba no verla, a fin de cuentas era una mujer muy simpática, un poco ida, pero simpatíca. Pero no estaba. Pasaba a propósito con su bicicleta todos los días, y nada. Sencillamente, se había ido, o a lo mejor, es que tenía trabajo, o se había ido de viaje, o vete tú a saber, pero no estaba.
Y sin más, dejó su bici contra un árbol, y se adentró entre las piedras. Sintió un calor en los pies, y al caminar los notaba pesados, como si llevara zapatos de plomo. Había grandes piedras redondas formando dos filas muy largas, y todo estaba tomado por un musgo húmedo y verde, desde las piedras del suelo hasta los restos de los muros. Se acercó a uno de ellos y puso su mano sobre la fría piedra. Entonces, se le aceleró el corazón y comenzó a respirar nerviosa. Anduvo despacio junto al muro, dejando arrastrar la mano sobre las piedras desgastadas, y lo hizo hasta que bordeó toda la pared. Retiró la mano brúscamnete de la pared, y se fue corriendo con su bicicleta. Mañana será otro día, pensó asustada, al no entender lo que acaba de sentir. Cuando llegó a casa se encontró con su hermana pequeña, que pintaba un dibujo de una mujer.
-¿Qué pintas enana?
-A una musa.
Se acercó para ver el dibujo de su hermana, y se quedó de atónita al verlo; era la mujer de las piedras, pero cómo....
-¿De dónde lo has copiado?
-De ese libro que tiene mamá, ese de los dioses. ¿No te gusta?
-Sí, es precioso. Enséñame el libro anda, quiero verlo.
La cría se lo mostró justo por la página de la que lo había copiado. Aparecía ella, la mujer, con el mismo vestido, el mismo peinado,.... todo era igual. Incluso estaba tocando unas piedras grandes. Debajo de la imagen decía; Clío, musa de la historia.
Y entonces, lo entendió todo. Y ella también perdió la cabeza, porque desde aquel día creyó que las piedras hablaban; eran las poseedoras de las historia.
Se sentó y esperó a que se hermana terminara el dibujo.
4 de junio de 2011
Para ti, León de cabellos dorados,...
Hace muchos días que no escribo nada en el blog. Hace tiempo me paré a pensar por qué lo cree, qué fue lo que hizo que me lanzara a colgar escritos amarillentos de mi adolescencia, y de una pubertad más amarillenta aún. Cada vez que escribía algo lo guardaba como oro en paño, no lo ensañaba porque me daba vergüenza, y dejaba en carpetas que un día me dio por ordenar. Y hoy lo tengo todo en un archivador de oficina, catalogado por 'prosa y verso',.... Mi habitación es una leonera pero mis papeles no. Alguna vez he sacado algo y lo he enseñado a algunas personas, pero lo que no me podía imaginar es que hoy lo tuviera en un blog, a la vista de todo el planeta, y hasta con un espacio para que la gente que así lo quiera, pueda incluso opinar y dejar un comentario. Vamos, impensable.
Y echo la vista atrás y pienso. Sí. Fuiste tú. Tú fuiste el único que hizo que la idea fructificara y que el poco aire creativo que pudiera tener, lo puedan ver los demás. Así que, creo que es justo dedicarte este pequeño homenaje.
Todo viene porque tú también tienes una página en la que están tus fotos y tus anécdotas. Cuando me decidí a crear el blog, pensé que me resultaría más difícil pero fue más fácil de crear que escribir en él. Tú, Markitos (león de cabellos dorados, como dice tu madre), fuiste la idea, otros la ejecutaron y yo la copié. Sin más. Y qué gran idea....
Te dedico todos los poemas, todos los relatos, cada gota de tinta vertida. Te dedico mis oraciones y mis esperanzas, aunque estas andan un poco caídas últimamente. Te dedico las más de seis mil visitas que ha recibido mi blog desde que lo inauguré en noviembre de 2010. Te dedico cada sección y cada comentario. Te lo dedico todo, porque al final tú fuiste la causa. Ya ves, sin apenas conocerte, la que has liado...
Ofelia te dedica su locura, que no es poca. Ofelia te dedica toda su inspiración.
Cuida de todos desde tu cielo.
Un abrazo, Julia
Y echo la vista atrás y pienso. Sí. Fuiste tú. Tú fuiste el único que hizo que la idea fructificara y que el poco aire creativo que pudiera tener, lo puedan ver los demás. Así que, creo que es justo dedicarte este pequeño homenaje.
Todo viene porque tú también tienes una página en la que están tus fotos y tus anécdotas. Cuando me decidí a crear el blog, pensé que me resultaría más difícil pero fue más fácil de crear que escribir en él. Tú, Markitos (león de cabellos dorados, como dice tu madre), fuiste la idea, otros la ejecutaron y yo la copié. Sin más. Y qué gran idea....
Te dedico todos los poemas, todos los relatos, cada gota de tinta vertida. Te dedico mis oraciones y mis esperanzas, aunque estas andan un poco caídas últimamente. Te dedico las más de seis mil visitas que ha recibido mi blog desde que lo inauguré en noviembre de 2010. Te dedico cada sección y cada comentario. Te lo dedico todo, porque al final tú fuiste la causa. Ya ves, sin apenas conocerte, la que has liado...
Ofelia te dedica su locura, que no es poca. Ofelia te dedica toda su inspiración.
Cuida de todos desde tu cielo.
Un abrazo, Julia
18 de mayo de 2011
El día de la infamia
Antes, me conformaba con despertarme por la mañana y ver que había salido el sol. Antes, me asomaba a la ventana y miraba la noche nostálgica, observando el cielo oscuro y ennegrecido, pensando en sueños de amor. Antes, me ponía tacones.
Ayer, me puse triste, pero seguía mirando estrellas. Ayer, cuando me levanté, no había sol en mi ventana, pero me tenía que levantar. Ayer, cerré mi balcón.
Hoy, ya no tengo sueños de amor, ni busco estrellas, ni siquiera el sol de la mañana. Hoy, ha vendio la tormenta; la misma que amenazaba mi cabeza y terminaba de descargar. Hoy, ha tronado.
LLoré de impotencia y de rabia, y después de actuar, pensé; y ahora, ¿qué?
Ayer, me puse triste, pero seguía mirando estrellas. Ayer, cuando me levanté, no había sol en mi ventana, pero me tenía que levantar. Ayer, cerré mi balcón.
Hoy, ya no tengo sueños de amor, ni busco estrellas, ni siquiera el sol de la mañana. Hoy, ha vendio la tormenta; la misma que amenazaba mi cabeza y terminaba de descargar. Hoy, ha tronado.
LLoré de impotencia y de rabia, y después de actuar, pensé; y ahora, ¿qué?
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